Manchester frente al mar (Manchester-by-the-Sea). Autenticidad y solidez dramática

Manchester frente al mar (Manchester-by-the-Sea). Crítica

(Por Miguel García López)

El Director y guionista de esta película, Kenneth Lonergan, es dramaturgo y director de cine estadounidense. De conocida trayectoria como dramaturgo y guionista (nominado por los guiones para “Puedes contar conmigo” y “Gans of New York” de Scorsese), su producción cinematográfica era escasa: con “You Can Count on Me” (2000), y “Margaret” iniciada en 2005 y estrenada en 2011 tras un complicado proceso de montaje, con buena crítica pero bajas audiencias. En 2016, después de un largo período, retorna Lonergan con la película Manchester-by-the-Sea, historia de un hombre destruido por hechos traumáticos que vuelve a la escena donde ocurrieron los mismos en el pasado.

El título de la película tiene que ver con el lugar donde ocurren los hechos, Manchester-by-the-Sea.

La ciudad de Manchester-by-the-Sea es una pequeña ciudad marítima, en el Condado de Essex, Massachusetts, en los Estados Unidos. Su nombre original, Manchester, se cambió en 1989 por el actual para evitar la confusión con otra ciudad americana “Manchester” mas importante, ésta última situada en el Estado de New Hampshire. Asignar este nombre a la película tiene poca justificación. Da mucha sonoridad al título y de paso es un recurso para adornarla con hermosos paisajes de postal así como de esplendorosas fotos marinas.

Manchester-by-the-Sea, interpretada por Casey Affleck, nos muestra a un joven, triste, solitario, malhumorado y reconcentrado, conserje de un edificio en un suburbio de Boston, Lee Chandler. Una llamada informándole de la muerte de su hermano le obliga a volver a su ciudad, Manchester-by-the-Sea, de la que ha huido perseguido por la infamia derivada de un hecho funesto del que se siente responsable. Allí se encuentra con que tiene que hacerse cargo del funeral de su hermano y de la tutoría de su sobrino adolescente Patrick (Lucas Hedges). Lee tiene que enfrentarse a los fantasmas de su pasado mientras maneja una situación cuyo resultado es imprevisible y en cuyo éxito no confía.

La película empieza por un punto avanzado para luego ir presentando los hechos anteriores de forma retrospectiva. Un calamitoso accidente producido por imprudencia e irresponsabilidad de Lee produce un terrible e irreversible daño familiar. La enorme convulsión destroza y separa a la pareja y avoca al protagonista, en un proceso de autodestrucción, a huir del entorno familiar y marchase a la gran ciudad donde vive su desesperación en la soledad y el anonimato. El drama se incrementa de forma fatídica con el accidente cardiaco y muerte posterior de su hermano.

En el pozo de esta desesperación la recuperación de Lee es inverosímil. Su evolución psicológica es imprevisible. Por un lado su sentimiento de culpa parece insuperable y el contacto con las personas y lugares que le evocan aquellos hechos ahondan estos sentimientos de culpa.

La película aborda con eficiencia esta descripción. La utilización del flash back permite ir informando de los hechos del pasado que conforman el drama y traza el perfil psicológico de los actores. La película tiene en efecto solidez narrativa, permite profundizar en los caracteres de los personajes, estando desprovista de excesos melodramáticos que serían una deriva lógica de semejante argumento. También se condensan u omiten las escenas mas irritantemente dramáticas.

No obstante, algunos aspectos del argumento si son en mi opinión melodramáticos. Así se podría calificar la intención de describir al protagonista antes del drama como un personaje irresponsable, rudo, bebedor y drogadicto, merecedor como en los dramas clásicos de la mayor desgracia. Como marido es amoroso, pero insufrible, como tío o hermano afectuoso pero irresponsable. También lo es que el hermano sufra no solo de dolencia cardiaca sino de una mujer, Elise, estridente y alcohólica. O que su propia mujer Randi (Michelle Williams) castigue brutalmente su irresponsabilidad origen del accidente, no solamente separándose de él sino con las mas ofensivas formas y palabras. Lo cual contrasta argumentalmente con la insólita e inverosímil escena posterior en la que esta le pide amorosamente a Lee que retomen su relación. También parece excesivamente teatral que las explosiones de rabia o angustia de Lee, inducidas por la bebida, sean necesariamente las de agredir violentamente a la gente a puñetazos.

La interpretación de Casey Affleck del personaje Lee Chandler que fluctúa entre la angustia, tristeza y la desesperación y violencia es reseñable. Creo que la congoja del protagonista, su dolor contenido y sus reacciones de ira están perfectamente expresadas. Lucas Hedges en el papel de Patrick, el de un adolescente que evoluciona hacia la madurez adulta, tiene una interpretación muy digna. Pero la interpretación el resto de los actores es muy plana.

En definitiva, se cuenta una historia con autenticidad, se describen bien los personajes y sus sentimientos. Al menos los de los personajes centrales. Pero la temática no entusiasma. El argumento podría haber sido idóneo para una serie televisiva. Quizá así podría haber sido mas precisa y cerrada argumentalmente.

A pesar de su duración la película no cansa ni se hace lenta. Solo cabría poner reparos a una banda musical excesiva por su forma de utilizar el Adagio de Albinioni en la secuencia central de la película, por la estridencia de temas musicales que generalmente no están coordinados con las imágenes y con la pretensión de marcar el ritmo emocional del espectador.

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