(Por A. Cirerol)
«Lolita» es (diría que de largo) la mejor novela de Nabokov. La película no es, tal vez, la mejor de Kubrick, pero se le parece bastante. Aquí, una escena que muestra la maestría narrativa (y la implacable claridad expresiva) de su director. Las emociones de los personajes quedan perfectamente definidas y con toda precisión la personalidad (psicología) de su protagonista y aun del personaje ausente a través de su carta. La interpretación de James Mason es realmente inolvidable, pues Kubrick es un gran director de actores, además de un gran constructor de imágenes.
35 años después, un tal Adrián Lyne, un director de éxitos («Nueve semanas y media«) hizo un remake de «Lolita«. Comparad. La misma escena. Necesita el doble de planos en la mitad de tiempo. Los personajes carecen de profundidad, son pura inmediatez, mera superficie, no hay dirección de actores, el pobre Jeremy Irons está desastroso, si no ridículo, la «estética» es de vídeo clip musical, en fin, una secuencia importante en el sentido del filme queda reducida a una fruslería. Véase:
Queda, sí, una curiosa contradicción: la horrible escena de la versión moderna se ajusta más en su contenido a la de la novela (con la diferencia de que en el libro no es de ninguna manera horrible) que la diáfana representación de Kubrick. El misterio es que en esta el guionista era… su propio autor, Nabokov..
Comentarios:
Aurora: “Buena comparativa. Me quedo con la primera
Reyes: “Aparte de que la interpretación de James Mason es grandiosa, la secuencia no deja de sugerir, no da nada por supuesto y pone gestos y palabras en el momento necesario para narrar de manera perfecta el momento. No hay comparación”