PHOENIX (Recreación de mentiras y traiciones)

Phoenix

Phoenix

Por Miguel García López

La Película

Drama del director alemán Christian Petzold y con guión del propio C. Petzold y Harun Farocki. Sus intérpretes destacados son Nina Hoss y Ronald Zehrfeld.

Christian Petzold ha trabajado en sus sucesivas películas con el mismo guionista Harun Farocki y a veces con los mismos actores. Aquí se repiten los protagonistas de su anterior película “Bárbara” Nina Hoss, Ronald Zehrfeld.

Inmediatamente acabada la II Guerra Mundial, Nelly, una cantante judía, ha regresado de los campos de exterminio nazi con el rostro destrozado por dos disparos. Increíblemente ha sobrevivido y con la ayuda de una amiga va a reconstruir su imagen mediante cirugía estética. Es heredera de un amplio patrimonio arrebatado por los nazis que ahora puede recuperar. Su amiga le plantea la posibilidad de viajar con ella a Israel para iniciar una nueva vida. Pero su deseo es recuperar su imagen anterior e iniciar la búsqueda de quien fue su marido con la esperanza de restablecer su amor y su vida anterior. Su amiga le avisa del riesgo que corre y le informa de que su marido la traicionó antes de su detención. Mas adelante le informa de que su marido se divorció antes de su detención.

Deambulando en la noche por ruinas y clubes encuentra a su marido quien se interesa por ella por su gran parecido con su antigua mujer que el consideraba muerta. Quiere aprovechar la ocasión para conseguir la herencia de su mujer, ocultando su divorcio y haciendo pasar a Nelly por su fingida mujer, para lo que necesita adiestrarla y transformarla físicamente.

Nelly se verá forzada a representar a su propia doble en un macabro teatro donde se pone en juego la recuperación del amor y de su propia identidad frente a las mentiras y traiciones de su pareja.

Todo conduce a un desenlace sublime en el que en el fingido reencuentro con familiares y mientras interpretan una canción ambos se reconocen, la traición es desvelada y la posibilidad del amor deseado se desvanece.

La traición del marido fue doble. En la Alemania nazi si un alemán se casaba con una judía esta no podía legalmente ser deportada, pero el marido era amenazado con ser enviado al Frente del Este. El problema se resolvía mediante el divorcio que permitía ir contra la judía. En este caso el marido procedió a un divorcio secreto y después delató a su mujer fingiendo una detención simultanea del mismo.

La película está basada en una novela ”Le retour des cendres” de autor francés. El título «Phoenix» representa una alusión a la mujer que renace de sus cenizas cuando sale del campo de concentración, y también es una alegoría de Alemania. Aunque en el caso de la mujer no se trata de un renacer, sino de recuperar su pasado.

 

Lo que realmente le interesa contar al director

 La película narra una historia que en ciertos aspectos, como se indica mas adelante, puede pecar de inverosimilitud. Pero pronto se descubre que la historia nos devuelve alegóricamente las mentiras y traiciones de una Alemania que quiso refugiarse en la amnesia para no afrontar sus verdaderas responsabilidades ante el terror nazi. Lo que Petzold plantea indirectamente es la revisión del pasado traumático alemán, sin necesidad de reflejar sus episodios violentos, a partir del momento en que los personajes, igual que la propia Alemania, tienen que renacer, olvidándose o borrando el pasado, volviendo a recrear sus identidades en medio de la desolación y el reconocimiento o descubrimiento de las traiciones y crímenes de una guerra.

 

La magnifica interpretación de la actriz Hoss

El papel de Nelly es interpretado por Nina Hoss de forma magistral. Está llena de expresividad y refleja perfectamente el sentimiento de un personaje que tiene que interpretarse a si mismo en la búsqueda de una identidad perdida.

 

Las influencia cinéfilas

 Entre otras:

Mientras Nelly deambula por clubes de neón rojo (Phoenix) suenan canciones de Weill y Porter.

En el desenlace de la película vuelve a sonar interpretada por los protagonistas la canción de Kurt Weill “Speak Low” con sus hermosas palabras sobre la inevitabilidad de la separación y la fugacidad del amor. (https://youtu.be/cJGzEjCK_5g

y http://cinedebatenorasuban.blogspot.com.es/2015/04/speak-low-ava-gardner-eileen-wilson_32.html)

Los personajes de Phoenix son una recreación de los personajes de la película “Vértigo” de Hitchcock, con la diferencia de que en ésta Scotty (J. Stewart) se obsesiona en transformar a una mujer Judit (Kim Novac), en recrearla, para que se parezca cada vez mas a la mujer que ama (Madeleine), con el fin de llenar el vacío de su ausencia. Mientras que en Phoenix se trata de transformar a una mujer, como en la película de Vértigo “regresada de entre los muertos”, para que se parezca lo máximo posible a una desaparecida, con el fin de cobrar su herencia.

Como un homenaje a Orson Well, el personaje de Johnny se parece físicamente y en su forma de actuar al personaje interpretado por Orson Well en la película “El extraño”.

 

Aspectos mejorables

No es verosímil que en posguerra, ni aun después, se pueda recomponer un rostro destrozado por dos disparos hasta la perfección y parecido con el original como se muestra en la película. “No será una reconstrucción, sino una recreación”, se dice en el filme. La propia película tampoco se ofrece como una reconstrucción de la época, sino como una fabulación para desvelar significados.

Es poco creíble la facilidad y rapidez con la que Nelly encuentra a su marido

Igualmente es poco creíble que Johnny sea incapaz de reconocer a sus mujer cuando se inicia una convivencia que pone en juego voz, gestos, tacto, escritura etc.

La relación de Lene, la amiga de Nelly, de la Agencia Judía de Suiza es ambigua y se apunta un cierto lesbianismo no aclarado. Sus razones para el suicidio, una vez quebrados sus objetivos para Nelly, son confusas.

El Capital Humano. Depredación capitalista y degradación moral

el capital humano

 

El Capital Humano

 

Por Miguel García López

 

La muerte de un ciclista atropellado por un vehículo todoterreno de alta gama es la circunstancia de la que arranca la película, y da lugar a un análisis de los hechos desde las perspectivas de los personajes implicados.

La película evoca de forma inmediata la española de J.A. Bardem “Muerte de un ciclista” en la que igualmente un atropello y muerte posterior de un ciclista sirve al director para realizar un análisis crítico de un país en el que la miseria y el lujo se contraponen, remarcando como la clase burguesa se aferra a la defensa de sus privilegios.

La película “El capital humano” describe igualmente clases sociales contrapuestas. La alta burguesía representada por un financiero todopoderoso que obtiene su fortuna de la especulación en los mercados. Una clase media representada por un pequeño agente inmobiliario, al borde de la quiebra, que aspira a encumbrarse acercándose y participando en los negocios financieros. Y una clase baja y marginal desprotegida, amenazada y castigada.

La descripción mas impactante es la de esa clase dirigente, verdaderos gánsteres vestidos de Armani en lujosas mansiones que se ocupan en maniobras especulativas y apuestan por beneficios ingentes a costa de la ruina presente del país y la de generaciones futuras. La imagen de la actitud criminal y de la degradación moral de esta clase es en mi opinión el mayor acierto de la película.

Aunque basada en la novela de del escritor estadounidense Stephen Amidón “The Human Capital” ambientada originalmente en Connecticut , la película se transpone a la rica región de la Lombardía italiana, para reflejar una temática que es universal y extrapolable a cualquier lugar, y que identifica al sistema capitalista: la depredación económica derivada de la especulación financiera de nuestros tiempos y sus efectos en grandes estratos de población sumisos en la ambición por el dinero y en la degradación moral.

La película de Paolo Virzi es estructuralmente compleja. A partir del accidente, que actúa como macguffin o escusa argumental, se montan en varios capítulos las diferentes visiones o interpretaciones del mismo de diferentes personajes, como efecto Rashomon, visiones no contrapuesta pero si incompletas de la realidad, de forma que el director hace que sea el espectador quien tiene la mayor información de los hechos. Para eso deja puertas abiertas en la descripción que se cierran con descripciones posteriores. Constituye una visión poliédrica muy atractiva y bien resuelta. Mas allá de la realización, el discurso es atractivo y demoledor y permite que, al contrario de lo que ocurre en el cine de denuncia americano, aquí sean extrapolables las conclusiones del entorno que describe a la sociedad occidental.

La película está muy bien interpretada por actores principales y secundarios. A destacar la magnífica Valeria Bruni Tedeschi, que interpreta el papel de esposa acomodada, ociosa y desaprensiva del magnate, luego mecenas cultural e infiel esposa, finalmente cómplice. No se si es un guiño del director pero sorprende que el amante de esta Bruni sea físicamente tan parecido al amante de la otra Bruni, su hermana Carla.

Y la descripción de ese otro personaje, el padre de la chica que sale con el hijo del financiero, ocasión que aprovecha para acercarse a esta familia poderosa. Su ambición, su emulación de los super-ricos, se representa magníficamente mediante un personaje envidioso, grimoso, baboso, verdaderamente prototípico.

No hay esperanza para los jóvenes. Incapaces de actuar con autonomía y de elegir, fuera del camino marcado por sus padres, son victimas de las situaciones creadas por estos. Los delitos y culpas de los poderosos se trasladan a los mas débiles. En esta ocasión el mas débil de la cadena es un joven marginado, que casualmente produce el accidente. El “capital humano” es la indemnización que le cuesta al seguro el pago a la víctima. La situación final de cierre de la película, que es un poco la redención por el amor y la pronta excarcelación del joven culpable es un poco complaciente. Se podría haber buscado una solución mas realista y demoledora en línea con el resto de la película.

 

 

 

EL AÑO MAS VIOLENTO. «El gran dinero» *

el año mas violento

“EL AÑO MÁS VIOLENTO”, de J. C. Chandor

Por A. Cirerol

He aquí un film que bajo la apariencia de un thriller preciso y austero nos presenta con claridad ciertos aspectos del funcionamiento del capitalismo. Su tema principal, mostrado casi obsesivamente, es el dinero. Como “forma en que inaugura su proceso como capital”, como “valor general y constituido en sí de todas las cosas”, como “representante de todos los valores”, como “esencia alienada de la existencia del hombre” (Marx).

Su realizador, J. C. Chandor, lo señala también como motor de la violencia. Sin embargo, en este thriller, tendente a la sobriedad y la modestia, intensamente moral, la violencia manifiesta está prácticamente ausente. Esta excepcionalidad (casi una rareza) lo aleja de otros realizadores supuestamente afines como Scorsese o James Grey, tan propensos, sin embargo, al exceso y al histerismo. En la comparación, gana Chandor. No hablemos ya de otros adictos a la exageración autocomplaciente como Joel Coen, Abel Ferrara, Andrew Dominik, Fincher o Tarantino. Todos ellos gustan de mostrarnos cómo funciona la iniquidad inherente al individuo. Chandor nos revela la iniquidad del sistema. Y al contrario de aquéllos, incondicionales del espectáculo y el formalismo, Chandor se ciñe a la efectividad del guion y de la función interpretativa.

Su protagonista, un empresario que intenta hacer frente a las complicaciones inmanentes a la expansión de su negocio, no actúa como un gánster, como sin duda haría si fuese el héroe de una película de Scorsese. No sólo no emplea la violencia, sino que, ya sea por cálculo, temor o convicción, huye insistentemente de ella. Quizá por su condición de inmigrante asimilado quiere creer en el mito americano del hombre que triunfa por su ambición y su esfuerzo. Cree que puede enriquecerse, alcanzar la cúspide social, sin meterse demasiado en líos, sólo los normales con Hacienda. Es un empresario paternalista y satisfecho de sí mismo; un redomado hipócrita, en el fondo. Es un buen ciudadano, que confía en la bondad y legitimidad del sistema. Un tipo normal, ambicioso y moralista, cuyos únicos intereses son su trabajo y su familia. No se rodea de matones a sueldo ni se permite aventuras amorosas extra matrimoniales, es un gánster aplacado y hogareño, como suelen serlo la mayoría. Su mujer ejerce de contrapunto de sus ilusas convicciones democráticas. Sabe por experiencia que para conseguir su sueño no queda más remedio que enfangarse, que la corrupción es consustancial al sistema. En un momento dado, cuando las cosas se ponen feas, será ella la que tomará el timón de la nave.

La violencia no se ve o asoma poco la nariz porque forma parte consustancial de la estructura de relaciones. Lo es –violencia- la competencia entre las empresas rivales, como también lo es un simple contrato de compra, las condiciones leoninas de los préstamos, la pauta de los bancos para avalar o desasistir, el ejercicio corrupto de la policía fiscal, la menesterosa criminalidad de los sicarios, el desamparo de los empleados del protagonista, la misma codicia de éste, su fariseísmo, la rapacidad de su mujer, la suntuosa casa en la que viven y que materializa el cumplimiento del sueño americano. Con una persistencia alusiva y premonitoria aparece –la violencia- en su representación característica: la pistola. La que encuentran los niños en el jardín, la que guarda la esposa del protagonista, la que en manos de un empleado devoto de su jefe, atemorizado primero y finalmente desesperado, provocará la tragedia. Una tragedia que lo es sólo para él y los que son como él. Para su jefe, el protagonista de la historia, es la coronación de sus aspiraciones. Al fin, es la violencia, que tanto rehusaba y soslayaba éste, la que despeja su camino y restaura el orden. El orden basado en el poder que proporciona el dinero. Todo bajo la luz del invierno neoyorquino, gélida como “el frío cálculo egoísta” que domina a sus personajes.

(*) «El gran dinero» es el título del 3er. Tomo de la trilogía «USA», de John dos Passos.