Película La Bruja de Robert Eggers
Notas para una crítica
Por Miguel García López
La acción transcurre en Nueva Inglaterra en 1630. Los personajes son inmigrantes procedentes de Inglaterra, seguramente perseguidos, en busca de asentamiento. En la escena inicial el padre de la familia se defiende de acusaciones ante un tribunal de una comunidad de colonos. La controversia tiene como marco el calvinismo puritano. Se trata de una familia compuesta de un padre, una madre embarazada y cuatro hijos.
Los argumentos del padre son férreos y no está dispuesto a aceptar las normas impuestas por la comunidad. Por razones poco explícitas son expulsados de la comunidad. La familia abandona estoica la sala para dirigirse hacia el exilio, con fe y dignidad, segura de los designios de Dios, a crear su propia granja.
Cuando salen con su carreta del recinto de la comunidad unas puertas se cierran y dejan entrever fugazmente algunos personajes de época e indios con sus ropajes primitivos. A partir de este momento los únicos personajes de la película van a ser los miembros de la familia.
En el siguiente plano se ve a la familia asentada en un lugar umbrío y asalvajado, en las proximidades de un bosque espeso, cerca de un río. El bosque inmediato sobrecoge la mirada de los miembros de la familia como si albergara un mal sobrenatural. Los padres prohíben a sus hijos que se acerquen al mismo.
Han construido una casa humilde de madera, cuadras para los animales, han montado un huerto y plantado maíz en campo próximo. Ha pasado algún tiempo y ya han cosechado algo de maíz, poco y deteriorado. La mujer, preñada en la escena inicial, ha parido un niño, bebé de pocos meses. Todo está preparado para desencadenar los hechos dramáticos. El bebé desaparece y la cosecha se pudre, y la amenaza y la desconfianza se instalan entre los miembros de la familia. Luego llega el intensísimo drama que les lleva a la destrucción y a la posesión por el Maligno.
No cabe buscar un sentido global o parcial a la película. La película montada por el Director es una sucesión de sucesos descritos como reales pero basados en mitos y supersticiones, expresión del miedo atávico a las fuerzas del mal o al estigma de la expulsión de la comunidad, potenciados y muchas veces directamente creados por el imaginario religioso, intensificados por las creencias y distorsiones de las mentes puritanas.
Me atrevo a buscar significación:
– El padre, William, representa la fuerza, la seguridad y la confianza en Dios. Su voz es extraordinariamente cálida, grave y profunda, digna de un presbítero riguroso. Su figura impresionante se realza con tomas frecuentes en contrapicado. De profundas convicciones religiosas que transmite a sus hijos con total radicalidad. Impulsa el éxodo familiar y transmite fe y esperanza de encontrar su tierra de salvación de la mano de Dios. Se enfrenta a su destino con fortaleza. Pero al final es derrotado por las desgracias y por las fuerzas del demonio. Muere a las manos de este, a quien reconoce como padre
– La madre, Katherine, representa la encarnación del dolor. Su estado es la agonía. Ella alberga el miedo, teme abandonar la comunidad, se desquicia con las adversidades, envenena y culpa a los demás, transmite el horror y anticipa la muerte. Devotísima, cae en la desconfianza de Dios y en la superstición del Maligno. Bien podría ser la engendradora del demonio.
– La Hija mayor, Thomasin, es el personaje con mas solidez humana. Joven adolescente de gran belleza, es bondadosa, fraternal, luchadora y lúcida. Ve como se desencadena la tormenta que azota a la familia y puede discernir sobre el drama y sus causas. Participa de la devoción religiosa familiar pero sabe poner cierta distancia racional. Como corresponde a los justos al final va a recibir las terribles acusaciones de sus familia, de la comunidad. Su destino es trascender a lo espiritual satánico.
– El Hijo joven, Caleb, representa al Inocente víctima de las fuerzas del mal. El joven que se abre a la vida inquiere a su padre sobre el destino y la muerte recibiendo la respuesta de un destino predestinado, su carencia de valor personal y la necesidad de confiar en el perdón que está en Cristo. Su pecado es su apertura inocente al amor y el sexo a través del cariño y la visión del seno de su hermana. Su castigo es la incomprensión paterna, su posesión vampírica por las terroríficas brujas del bosque, la locura mística y la muerte.
– Los niños gemelos, Mercy y Jonas, representan la maldad en si de la infancia, directamente mamada del demonio–madre, del demonio–macho cabrío. La perversión pura.
– El bebé sacrificado, devorado por las bestias o usado como unto de la piel maléfica, es simplemente carne mortal.
Presentada como una película de terror no lo es en mi opinión, porque no aterroriza, solo conmueve. Además el Director no juega como es usual en el género a provocarlo. Se trata de una descripción muy respetuosa con el espectador.
Hay muchas escenas estremecedoras. Por destacar alguna:
- La escena coral donde todos los miembros de la familia asisten al desvarío colectivo y estertores del Hijo joven.
- La agresión mortal del macho cabrío al Padre
- La acusación de la Madre y posterior agresión madre – hija y su desenlace
- La entrega de la Hija al poder maléfico del macho cabrío a la vista de un aquelarre en el bosque y su éxtasis, delirio y levitación mientras es abducida a su estado de brujería.
Sorprende desde el principio de la película la puesta en escena que nos parece magnifica que produce una fuerte sensación de verismo. Tanto los ambientes recreados como el vestuario de época definen unos personajes llenos de autenticidad. Por otro lado la atmósfera con variedad de cielos invernales, penumbras e interiores oscuros fotografiados con gran calidad de contrastes van componiendo cuadros de gran fuerza pictórica, que nos recuerdan en múltiples ocasiones a cuadros de Rembrandt. La luz de la película y la música van a crear un efecto sobrecogedor permanente.
La película nos recuerda a La Cinta Blanca de Michael Haneke por remarcar el efecto destructor sobre las conciencias de los niños del puritanismo y rigor religioso, aunque en ésta se plantean tesis de las que carece la Bruja.
Igualmente el niño Caleb nos recuerda, incluso físicamente, al niño de la película “Ven y Mira” de Elem Klimov, porque también la película pivota en torno a él y es la mirada inocente que contempla una humanidad perversa y destructora.
El Director del film y autor de su elaborado guión, Robert Eggers, ha sabido componer esta fascinante película a partir de muchos documentos, relatos y testimonios sobre el tema de la brujería. Y lo ha contado se deben contar las historias que abordan los mas terribles sentimientos humanos. Su labor es encomiable y merece el premio al mejor Director. Pero la película no hubiera alcanzado el nivel de calidad y autenticidad sin la colaboración de actores magníficos donde destacan todos y en especial el realizado por la Madre, Kate Mickie.
Ven y mira.